lunes, 29 de septiembre de 2008

onomástica y epopeya

hoy fecha sin igual, San Miguel, patrón del barrio tal de Matapozuelos, que se celebra más a base de tintorro y parrillada

por San Miguel de Cervantes, que celebraba hoy muchos lustros

pero lo mejor, lo que me llega de los mares... (copio):

Allende nuestros mares,
allende nuestras olas:
¡El mundo fue una selva
de Lanzas españolas!

TERCIOS ESPAÑOLES



sábado, 27 de septiembre de 2008

las torres de la electricidad


podría haber titulado esta entrada de cualquier otra manera. por ejemplo, no plagiando a Manta Ray. podría haberlo titulado The dark of the matinee, que tiene como muy poco sentido así, tal y como suena. tal vez alguien recuerde esa canción de Franz Ferdinand. recuerdo la primera vez que la escuché, en aquel mes de febrero en Cartwright Street, entre sidra y porros, en el descansillo del segundo piso. esa canción no se me quitaba de la cabeza, hablaba de mí y de todo lo que pasaba a mi alrededor. y alguien dirá, ¿pero es que las letras -o vídeos- de F.F. tienen algún sentido?

había una frase, una estrofa:

... I charm you and tell you of the boys I hate,
all the girls I hate, all the words I hate,
all the clothes I hate, how I'll never be anything I hate...

he ahí yo, odiando todo a mi alrededor, viendo enemigos en cada esquina, y lo único que tenía claro era lo que NO aceptaba NI sería nunca. y en cambio:

...you smile, mention something that you like,
or how you'd have a happy life if you did the things you like

ésa era la respuesta, la frase que andaba buscando. ése sería mi lema, a partir de entonces. 

esa canción cambió mi vida para siempre

la cima del mundo


jode que te dejen plantado, desilusionado, decepcionado. seguro que hay cosas que joden más, pero yo soy especialmente sensible a estos episodios que, por más que intente evitar -muy fácil, no confiando demasiado en los demás- me siguen pasando una y otra vez

si tienes imaginación y energías... lo mejor, cuando te dan plantón es dedicarse a uno mismo. ayer, sin más, no esperé a que la tarde se me echase encima para quitarme la mala hostia del entrecejo. me calcé unas alpargatas con cámara de aire y me eché al monte, a correr, hasta que se me quitasen las ganas de matar. tocó apretar duro los puños, los dientes, y hasta el ojete, pero allí llegamos: la cima del Cerro del Aguila, a la hora del atardecer, con la brisa del Norte dándome aliento y el moribundo sol de otoño calentándome el lomo. la sensación de triunfo y soledad que se siente allí arriba es inigualable, y nos ha impulsado año tras año a los que lo conocemos a seguir subiendo, unas veces andando, otras en coche (con nocturnidad y compañía), otras en bici y, por fin, al galope

viernes, 26 de septiembre de 2008

aquella noche...

... todo sucedió muy rápido y de manera improvisada. esa misma mañana me enteré de que J&MC tocaban en la Brixton Academy. envié un email a Nik y no recuerdo si yo a LuisJ o él a mí, el caso es que para allá que nos fuimos los tres a la salida del curro, más Oli, que se unió a última hora, a ver si conseguíamos entradas en la puerta, lo cual hicimos contra todo pronóstico.

... también fue la hostia. en plena prohibición de fumar en lugares cerrados, un segurata me pilla el canuto que nos estábamos pasando. marrón. casi me echa y nos amarga la noche. al final me deja quedarme sin mayor problema que cogerme el número de entrada (por si reincido. y me pillan, claro)

... no tocaron April skies pero sí tocaron Reverence. casi me corro...

... Oli se compró la camiseta que a mí me gustaba (y a LuisJ), y Nik quería reglarme una, que resultó ser la que a Oli realmente le gustaba. cada uno nos quedamos con la nuestra, pero juramos cambiárnosla un día. ese día llegó, ya hace tiempo, y ahora llevo en la espalda el 7.09.07 London Brixton Academy para acordarme de esa noche.

reverencia

hoy me he levantado con la muerte en los talones. es decir, prefería mil veces morirme al esfuerzo de levantarme. una breve sesión de Aikido matinal, un zumito de naranja y una ducha tan caliente como apresurada me han hecho poner un pie en el mundo de los vivos. tras un suculento desayuno, he terminado de acicalarme, escogiendo para ello la camiseta de The Jesus and Mary Chain que compramos en la Brixton Academy. he metido en la mochila los bártulos y unas peras para el almuerzo, y me he calzado el iPod; botón central; menú; shuffle songs... y  reverence ha explotado en mis oídos. he bajado las escaleras como quien baja al infierno y he galopado a clase como quien resucita al tercer día. ni Jesucristo García lo hubiese hecho mejor

jueves, 25 de septiembre de 2008

Parquesol


nunca he sido defensor de lo que significaba Parquesol para Valladolid. es decir, pensaba que el barrio -o zona residencial si se prefiere el eufemismo- iba a suponer problemas de mil tipos, aparte de crear alienación y toda clase de síndromes en sus residentes

un dato y una anécdota.

el dato, en una semana he recibido hasta 7 ofertas de trabajo -todas clases particulares- para dar clases en Parquesol. las tres veces que me he despertado sin saber muy bien dónde estaba, ha sido en Parquesol. y hoy, al salir de mi última clase, me he "pasado" a ver el segundo tiempo del partido, y los 2 golazos que le ha endiñado el Pucela al Almería ¡toma!



la anécdota, ayer tenía 20 minutos libres entre clase y clase, en Parquesol. hacía bueno e invitaba a pasear. sin saber muy bien cómo, di a parar en la Plaza de Marcos Fernández, principal foro parquesoleño, y me senté en un banco a hojear mis notas para la siguiente clase. al poco, el tremendo barullo me hizo levantar la vista y comprobar que, sin exagerar, al menos 100 niños y niñas de todas las edades corrían y brincaban y gritaban y montaban en bici y en patines se perseguían y se peleaban y jugaban al fútbol y a las muñecas y a puntos y al escondite inglés y a Batman y a levantar las faldas a las chicas (mi favorito) y a policías y ladrones... y las madres los vigilaban o los reñían o les daban la merienda o los perseguían cuando se iban corriendo sin control hacia la carretera, o les ponían el jersey porque ellas tenían frío... la sensación de satisfacción y de felicidad que me invadió casi me hacen saltar las lágrimas. 
en mi ciudad, en Parquesol, los niños y niñas aún juegan en la calle a la salida del cole, a la hora de la merienda


viernes, 19 de septiembre de 2008

Villaseco del Pan

miércoles, 10 de septiembre de 2008

mi casa en sueños

mansión de manolai

vuelta al cole

hoy tocaba volver a coger los libros, ya que no había tampoco nada mejor que hacer. ha coincidido con el comienzo del curso de los más pequeños, los de primaria. ¡qué de sensaciones y recuerdos al pasar por la Plaza de Santa Cruz! a mí no me gustaba el cole. nada de nada. me he sentido otra vez como uno de estos pequeñuelos en su primer día de cole: nervioso y triste, porque el cole significaba también el final de las vacaciones, del verano, de la Finca... he tratado de solidarizarme con los críos en plan, ¡eh, que yo también he empezado el cole hoy! pero en realidad lo que me siento es alegre por haber dejado todo eso atrás


domingo, 7 de septiembre de 2008

vudú

una corneja atrapada en el fondo del canalón, que cuando ha sido liberada ha dado un grito escalofriante y ha salido volando "como si llevase el diablo dentro"
un gorrión ahogado en un cubo de agua
un inexplicable hilo de sangre con plumas adheridas, en el techo del porche
el pájaroespantapájaros descolgado de su rama y en el suelo


sábado, 6 de septiembre de 2008

entre líneas


cuando estaba en Londres solía comprar el periódico todos los sábados: The Guardian, que venía acompañado, entre otras cosas, por una imprescindible guía de ocio. el guide no se limitaba a ofrecer detallada información sobre espectáculos y exposiciones sino que incluía secciones de opinión, reportajes, y una que me encantaba que se llama All ears, todo oídos. el autor de esta sección, semana tras semana, nos contaba alguna conversación que había sorprendido por casualidad, en la barra de un bar, la cola de una cafetería (en Inglaterra hacen colas para casi todo), el metro, etc. y que por lo general era esperpéntica o cuando menos, graciosa.

esta mañana me dirigía al Mercado de la Plaza España a comprar unas flores, cuando he escuchado algo que me ha hecho acordarme de los sábados por la mañana leyendo All ears en El Guardian. la conversación en sí era por teléfono y tampoco tenía demasiada miga. un hombre iba contándole a alguien, en un tono más o menos indignado, que "el chaval resulta que dice que de mayor quiere ser narcotraficante [...] luego le veo con unos polvos o yo qué sé que había por allí y va y dice, 'oye, ¿y si nos hacemos unas rayitas?' [...] a mí es que no me parece normal, y es que lo están viendo a todas horas por la tele... bla, bla, bla"

lo dicho

viernes, 5 de septiembre de 2008

lugares, sitios, aventuras y percances

la primera vez que me decidí a ir a correr estando en Valladolid, opté por subir corriendo a la Finca. no está mal, son 5 km. me encontré con dos problemas, el primero, que casi todo el camino discurre por calles con mucho tráfico: Calle La Estación, Plaza Circular, San Isidro, Carretera de Soria... el segundo problema es que, una vez percatado del efecto de los humos en mis vías respiratorias, opté por un desvío por el Barrio Las Flores y entonces me perdí entre callejones sin salida y circunvalaciones nuevas, lo que me hizo perder ritmo y entusiasmo. en general, no disfruté mucho de esta aventura, no.

la segunda vez que lo intenté fue ya desde la Finca, una mañana gloriosa del mes de Julio. cogí el Camino del Bosque en dirección a la Fábrica de Ladrillo y, una vez rebasada ésta, giré a la derecha como para ir a La Cistérniga. Sé que ese camino muere en alguna circunvalación o rotonda maldita, así que, tan pronto como vislumbré unas roderas de tractor a la izquierda, como subiendo al Lago de la Cal, giré en esa dirección y empecé a subir por el campo en barbecho. No pude encontrar ni rastro del antiguo lago, y seguí, con la esperanza de dar con el campo de fútbol del Cistérniga C.F., pero nada. Donde se suponía que éste debía estar, empezaba un campo de avena, el cual rodeé por la linde. Mi ritmo de carrera iba decelerándose por momentos, como cabe imaginar. Además de mirar al suelo para no pisar en falso, seguía buscando pistas del camino hacia la carretera que sube a la antena del Cerro del Aguila que tantas veces habíamos subido con las bicis. La linde terminaba en otra linde, esta vez de un campo de trigo, más escarpada y llena de todo menos de trigo. En un momento dado hubo que atravesar un pequeño trecho de campo, de cebada, creo, para llegar a lo que parecía iba a ser una linde que conducía a la salida a todo esta pesadilla cerealística. Mi ánimo iba en franca decadencia, máxime cuando vi que la linde terminaba en otro campo de lo que fuese, constatar que me había perdido y que la vuelta atrás sería tan trabajosa como desesperado el camino hacia adelante. Allá, a unos cien metros, una franja verde ensombrecida por un pinarillo, marcaba lo que a todas luces era la dichosa carretera al cerro. Si alguna vez me volviese cura, utilizaría ésto para definir el Purgatorio. Son sólo cien metros los que te separan de la salida, pero tienes que atravesar un campo de trigo y cardos que te arañan hasta el alma, y que si intentas correr es peor, y ay de ti si tropiezas... Al acercarte, además, pierdes de vista tu objetivo y al llegar a la franja verde y trepar agarrándote a lo que sea, sólo deseas que no se trate de otro condenado campo de malditos cereales y, cuando pisas el bendito asfalto no te lo crees. Ahora bien, la desesperación de minutos antes no te ha permitido percatarte de una nueva realidad; das un paso y tus pies te hacen aullar... miras hacia abajo y tus zapatillas y calcetines han desaparecido bajo un enjambre de espinas, espigas de toda clase y semillas trepadoras. un poco más arriba, tus piernas parecen las de un nazareno de la escuela castellana. tras 15 minutos (por cada pie) de quitarme toda esa mierda de encima, continué mi camino, esta vez sin mayores percances, y tratando de olvidar el incidente. hasta hoy, que me ha vuelto a suceder algo parecido.

lunes, 1 de septiembre de 2008

apuntes sobre el enlace de A&E.S

pasando por alto la máxima -de elemental sentido común- de que de lo que no se sabe no se debe hablar y mucho menos dar consejo, la homilía de las misas de boda resulta -al parecer- siempre patética. y es triste constatar hasta qué punto la Iglesia Católica se aleja en ideales, conceptos y lenguaje de los fieles a los que pretende adoctrinar. es incluso más triste darse cuenta de hasta qué punto a todo el mundo se la suda. lamentable ver a un cura joven hablar de la forma en que lo hizo el casamentero el otro día. aunque, en cierto modo, sus palabras no iban destinadas a los casantes sino a la familia de éstos: abuelas, tías, tíos... en pocos o ningún momento pareció importar la realidad, circunstancias y deseos de los dos ilusionados novios. habría dado lo mismo que hubiese dado la homilía en euskera.
un ejemplo de ésto es no tomar en cuenta la edad de los que se casan. el vicario comparó la vida conyugal con el oficio sacerdotal (prepárese uno para la carcajada), diciendo que al igual que su amor a Cristo se alimentaba por la celebración de la Eucaristía diaria, así en la vida conyugal el amor ha de ser regado de forma igualmente periódica. ¡Eh, míster, que aquí los que se casan andan por los 30 y pico! 
y que dando por ahí homilías como ésas, ya se entiende cómo algunos se toman lo de repartir hostias al pie de la letra

cardos y conejos


los regalos que no te esperas siempre saben mejor que los prescritos en fechas señaladas. a quien le gustan las sorpresas, disfrutará mucho más desenvolviendo ese regalo que quien las teme, sólo esperando encontrar aquello que previamente había deseado. 
si siempre eliges el camino recto, fácil, bien señalizado, la autovía rápida, lo único que encontrarás serán algún bache, tramos en obras, atascos inesperados... imprevistos que te harán torcer el gesto y te amargarán el viaje. si, por el contrario, te sales de la ruta convencional y eliges ese otro camino de tierra, ya has aceptado la dificultad, el desafío y la sorpresa. no te echarán para atrás ahora las curvas cerradas ni los charcos, el polvo ni los socavones, y seguramente te encontrarás con sorpresas agradables y, por supuesto, el placer de la aventura, a poco que abras los ojos y el corazón.
claro que, no todos sirven para ésto...

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en un rincón de Parquesol, enmarcado en ángulo por una puesta de sol de verano tardío, hay un jardín de cardos castellanos (jardín de cardos=cardín). a medida que la esfera va desapareciendo entre postes de la luz y grúas en paro, una grupo de conejos sale con cautela de su madriguera para el silflay de por la tarde. aunque parece que les hemos caído bien, no se fían del todo y se mantienen a buena distancia

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el sábado puso fin a una de las semanas más largas de mi vida. saltamos a lomos del diablo rojo para perdernos lo mejor que supimos en el tercio norte peninsular. a la vuelta, Salami a la puerta de casa recordándome un poco de lo mejor de lo que he dejado atrás en Londres. enganchar con la boda de A&E.S sin tiempo para haber disfrutado de una resaca decente... ahora sí, ahora vienen todas juntas. y además, dos días sin Salami... el silencio duele en mis oidos.