domingo, 17 de abril de 2011

profesionales

tenemos -teníamos- un problema de humedades. en realidad no nos afecta, aunque sí a la pared de la escalera, a la que da nuestro cuarto de baño: ha aparecido una mancha de humedad. por lo visto el grifo de la ducha estaba mal sellado y había que poner silicona. ha venido un empleado de la comunidad con una llave inglesa lo suficientemente grande, ha desatornillado el grifo y lo ha dejado para que yo -me ofrecí- pusiese la silicona y la dejase secar. él se ofreció a volver a poner el grifo a la mañana siguiente, cuando le avisásemos. 'la mañana siguiente' era uno de esos días en los que tengo que dar una clase a las 7:30am, para lo cual necesito la ducha sobre las 6. a las 5:45 le llamamos y a las 5:50 se presentó, dijo buenos días, montó el grifo, comentó el buen trabajo hecho con la silicona y se fue. a las 5:55 me estaba duchando

miércoles, 13 de abril de 2011

el clásico

tengo mesa reservada para ver el partido del sábado en un sitio de lujo, el Puskás Pancho Sport Pub. cuando hablaba con el único camarero con el que pude entenderme en inglés, al principio no me entendía ¿match? ... ¿Madrid-Barcelona?... ¡aah, El Clásico! ¡persze, persze! y es que es así como se refieren aquí a ese partido: El Clásico
el otro día un buhonero trapichero me preguntaba por mis preferencias hacia ese partido. como el tío apestaba a pesado le mentí: me da igual. se quedó perplejo. luego me di cuenta de que en realidad no le había mentido: este año, en esta ocasión, me da igual: no vamos a ganar siempre. si hay que perder, que sea el sábado. ya ganaremos otra vez el miércoles, ¿no?

domingo, 10 de abril de 2011

bükk

es el nombre de los habitantes de esta montaña al norte de Budapest, donde Duna hace una enorme curva, un giro a la derecha y hacia el sur antes de entroncar la gran avenida por la que desfilará entre Buda y Pest. Le hemos visto derrapar, en la distancia, fustigado por el viento pero camuflado bajo su estruendo.
el día, soleado y airoso primaveral, ha transcurrido bajo las copas aún medio desnudas de las hayas, entre sus troncos altos, esbeltos y poderosos como un pívot de baloncesto, junto a sus raíces que, junto al camino, sin pudor se muestran, como si el pívot luciese orgulloso sus zapatillas de marca.
la ruta elegida no es especialmente dura: un paseo de 7 km en el que no da tiempo a cansarse ni a aburrirse de los allegros del viento, los cambios de tono y luz y los intentos de encuadrar el paisaje. La senda termina en Pilisszentkereszt, pueblo que toma el nombre de Pilis, la montaña. las calles llevan su nombre en húngaro y eslovaco: la frontera, en Esztergom, está a sólo 15 km. encontramos una cukrászda donde tomamos café y krémes...
la foto imposible del día ha sido registrar la explosión de verde en sus distintas fases, el rumor de los brotes de haya silenciados por el viento poderoso e implacable
la foto afortunada ha sido la revolución blanquivioleta que nos ha sorprendido en pleno centro de Europa