jueves, 26 de mayo de 2011

la primera

cuando llegué a Budapest hacía mucho frío y diez centímetros de nieve que duraron dos semanas. ver una paloma muerta incorrupta o la misma caca de perro en el mismo sitio durante un mes te quita las ganas de coger la bici por mucho tiempo.
en Febrero el tiempo no mejoró mucho, salvo por la nieve. algún día el gusanillo pedalero te recordaba que no tenías una bici que, en un momento dado, echarte entre las piernas. por eso un sábado por la mañana fuimos al mercadillo de bicis que organiza el Szímpla kert y no nos fuimos de allí sin una bici cada uno. lo mío no fue amor a primera vista ni a segunda... la bici que compré era usable y versátil y, sobre todo, barata. tampoco tenía otra opción.
esa bici permitió las primeras excursiones a las lagunas de Lupa, a la orilla romana o a la Citadella. además de tomarle el pulso ciclista a la ciudad, especialmente en la Masa Crítica de Abril

sábado, 14 de mayo de 2011

mañanas

a las 7 de la mañana el sol ya está bien alto sobre los tejados de Pest, y te besa el hombro izquierdo mientras pedaleas a lo largo del río. a esas horas y a primeros de mayo ya calienta, y tienes que desabrocharte la camisa
dejas atrás y a tu izquierda puente tras puente, describiendo un arco alrededor del sol en el que Margarita, Cadenas, Isabel y Szábadszág son los radios. o los rayos. nuestro destino está sobre el puente Petöfi, el siguiente en la lista
es un arco de tres kilómetros y medio que se hacen casi a piñón fijo, y que te permiten disfrutar de la vista de los puentes que tienes adelante y a tu izquierda. sobre tu hombro derecho, Buda, el Palacio, el Castillo y la Citadella, el Monte Gellért y el Palacio
a la vuelta hace más calor y el recorrido se desdobla pues nuestro siguiente objetivo está, también en el lado romano (Buda), pasado el puente Árpád. en este nuevo segmento empiezan a abundar los parques, calles peatonales y empedradas , y el recorrido se hace más curvilíneo. también se pierde de vista Pest que queda reemplazado por la sombra y los reflejos de los árboles de la isla Margarita en el agua del Danubio, a veces rizada por el viento

domingo, 8 de mayo de 2011

bicis

el fin de semana pasado celebramos la Masa Crítica de Budapest. este evento se celebra una o dos veces al año, a diferencia de otras ciudades europeas que lo hacen cada mes. los organizadores han afirmado que esta será la última. dicen que el objetivo se ha cumplido: que las autoridades han empezado a tomar medidas serias para promocionar, favorecer, facilitar, etc. y que los conductores han respondido, por fin, respetando, facilitando, etc. 30.000 ciclistas manifestándose (en realidad, circulando) son muchos como para no tenerlos en cuenta. otras cifras, como que Budapest es la tercera ciudad europea tras Amsterdam y Copenhague en porcentaje de desplazamientos en bici, no dejan lugar a dudas
en la organización de la marcha colaboraban policía y organizadores. el papel de estos era fundamental, sobre todo en los momentos previos: conduciendo columnas de participantes desde diversos puntos de la ciudad hasta el punto de salida, en Vérmező. la ruta transcurría por las calles del centro, y especialmente por esas calles y puentes por los que los ciclistas normalmente no pasamos, por ser incómodas o poco aconsejables.
el punto final era el parque de Városliget, tras los dos kilómetros y medio de línea recta que es la imponente Andrássy út. allí esperamos a que lleguen los últimos participantes para proceder al momento culminante: todos levantamos la bici en brazos profiriendo gritos de guerra, triunfo, pasión... exactamente igual que un deportista levanta un trofeo recién ganado.
el acto de levantar la bici sobre tu cabeza es un gesto de poder, un "yo puedo levantar en vilo mi máquina"; "normalmente ella me lleva a mí pero a veces yo la llevo a ella"; "ella es más rápida pero yo soy más fuerte"; "ella es mi espada y también mi trofeo"

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ni en Hungría ni en Holanda ni en Alemania ni en Dinamarca hay Induráins ni Pericos ni Contadores, pero cada ciclista se siente campeón de mil tours o giros o vueltas, sin hacer tantos esfuerzos ni subir Tourmalets: su carrera diaria al trabajo o de vuelta a casa es un trofeo. y si no, mira de frente a un ciclista cuando va en su bici y en un 99% de los casos podrás leer la felicidad en su cara
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en húngaro existen cuatro formas de decir bicicleta: kerékpár, bicikli (bitsikli), bringa y bicaj (bitsai)