domingo, 28 de octubre de 2007

alla vamos




















masimor@hotmail.com

miércoles, 17 de octubre de 2007

rajado



a veces es mejor no decir nada,
y sonreír como si nadie jamás te hubiese partido el corazón


masimor@hotmail.com

viernes, 5 de octubre de 2007

barbican

martes musica manu

uno a uno se iban despidiendo los instrumentos; uno a uno se iban marchando los miembros de la banda. empezando por la voz de Manu, siguiéndole el bajo, el percusionista, teclados, el batería... el público -quiero decir "todo" el público- en la Academy marcaba el compás con las palmas. ahora la guitarra está tocando sola; sola delante de 3.500 pares de palmas en Brixton; tocando esa dulce melodía reagge-andina hechizante, tan Manu Chao. nadie quiere que la música pare. las palmas siguen, la guitarra no se detiene. ahora amaga una despedida, se tambalea, le fallan las piernas. es sólo música ahora. las palmas siguen, atronantes, impasibles. pero es la despedida. se tiene que ir. ya sólo la música le sostiene. y las palmas. el último latido. tropieza, se inclina y se deja caer en el rincón más alejado del escenario, herido, inerte ya. las palmas no paran. Manu se le acera por detrás y le susurra (posiblemente le grita) algo al oido; le dice que siga, que siga a las palmas, que no pare la música. Sigue, sigue tocando. era el segundo bis, pero hubo un tercero. era Manu Chao en la Brixton Academy un martes de Octubre. todas las entradas agotadas y todas las almas encendidas en el templo del rock londinense.

Manu Chao. le había visto en Salamanca y otra vez en una especie de jam session en Valladolid. no pensé que pudiera sorprenderme. ni él mismo se lo creía en su primera noche en la capital de Gibraltar. intentó acercarse a saludarme y comentar la faena, pero una masa de fans se interpuso entre ambos y sólo nos dedicamos un lejano saludo de compadres.

nada presagiaba una noche memorable aquel día, aunque algo debería haber sospechado cuando, a la entrada del concierto, los ocho (ya está bien) que habíamos comprado las entradas resultamos ser casi el doble. ¡nunca había ido a un concierto con tanta gente!, bueno, sin contar la noche del Chantre en Miranda. pero esta vez: españoles, gallegos, brasileños (y brasileñas), griegos, franceses, surafricanos, australianos... hasta ingleses había.

pues sí. Manu Chao es un geta. y mientras, los auténticos cantamañanas forrándose y saliendo por la tele. ¡qué planeta!

masimor@hotmail.com