lunes, 1 de septiembre de 2008

apuntes sobre el enlace de A&E.S

pasando por alto la máxima -de elemental sentido común- de que de lo que no se sabe no se debe hablar y mucho menos dar consejo, la homilía de las misas de boda resulta -al parecer- siempre patética. y es triste constatar hasta qué punto la Iglesia Católica se aleja en ideales, conceptos y lenguaje de los fieles a los que pretende adoctrinar. es incluso más triste darse cuenta de hasta qué punto a todo el mundo se la suda. lamentable ver a un cura joven hablar de la forma en que lo hizo el casamentero el otro día. aunque, en cierto modo, sus palabras no iban destinadas a los casantes sino a la familia de éstos: abuelas, tías, tíos... en pocos o ningún momento pareció importar la realidad, circunstancias y deseos de los dos ilusionados novios. habría dado lo mismo que hubiese dado la homilía en euskera.
un ejemplo de ésto es no tomar en cuenta la edad de los que se casan. el vicario comparó la vida conyugal con el oficio sacerdotal (prepárese uno para la carcajada), diciendo que al igual que su amor a Cristo se alimentaba por la celebración de la Eucaristía diaria, así en la vida conyugal el amor ha de ser regado de forma igualmente periódica. ¡Eh, míster, que aquí los que se casan andan por los 30 y pico! 
y que dando por ahí homilías como ésas, ya se entiende cómo algunos se toman lo de repartir hostias al pie de la letra

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