miércoles, 10 de diciembre de 2008

manolo y manuel

dos viajes de ida, a casa; o dos de vuelta, a casa también. no ida y vuelta, no es lo mismo. me decido por el vuelta y vuelta, es más millasiano. vacaciones en casa, y a casa a descansar. suena perfecto, menos para el hígado. Londres era como la casa que se queda fría tras cinco meses de ausencia. alguna que otra planta mustia, y otros seres han anidado en los alféizares. a los cinco minutos, uno siente que no se ha ido, que te han guardado sitio, que la llama sigue viva y que no tienes más que acercar tu vela y arder...


tampoco es lo mismo manolo que manuel, aunque al final no importe. a un inglés ni intentes explicárselo, aunque ya he dicho que no tenía importancia. cuestión de tomárselo con calma y confiar en la suerte y en las amigas (ameigas)

bienvenidas en el 333 de la mano de Noisick, y despedidas en Brick Lane: el eterno 1001 tenía reservada una sorpresa para los adictos a los bancos de afuera. y si hay que poner un pero, se lo ponemos esta vez al George, al que se le ha subido a la cabeza ser votado el 2º mejor pub de Londres y ahora nos hacen pagar a la puerta. jo

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