lunes, 22 de diciembre de 2008

el 22

sigue sin ser mi número de suerte. sigo siendo pobre, aunque más rico que si hubiese jugado más. 
la suerte cotidiana es la que, a la postre, nos hace tener el día o tener la negra, como que te tragues media hora de una cola que no era en el Paro o que te toque repetir un examen de re-coña; que te traigan el chocolate a la cama y te garanticen un mes de dulces sueños o, mejor, desayunar tres veces, y tiro porque me toca.
alguno de Soria se estará preguntando hoy en qué consiste la buena suerte

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La buena suerte es que te toque un huevo de 2 yemas en el desayuno ; )

ars.

ronyiszka dijo...

:-)