sábado, 8 de diciembre de 2007

apolo



casi sin tiempo para recuperarse, pero avizores de la fecha extra para el concierto de Powderfinger, un día antes, jueves, con lo cual las probabilidades de pillar entradas a la puerta aumentan considerablemente, y hacen que merezca la pena arriesgarse y darse un paseo -en metro, claro- hasta Hammersmith a buscar nuestro rincón en el cielo del Apolo, hermano pequeño de la Academy de Brixton.
estaba claro desde un principio que para el grupo iba a ser como tocar en casa, en una de las zonas más cabezabajo (down under) de Londres, y en cualquier caso, entre una audiencia predominantemente aussie.
a salto de canguro nos colocamos en una posición envidiable para el remate (la esquina izquierda del área pequeña), regateando a los colosales -aunque rígidos de cintura- defensores del campo visual. a estas alturas de temporada, el engranaje del equipo funciona como un mecanismo de precisión: yo pillo las birras, tú al baño, nos encontramos en el punto P en cero coma, corregir posición, luces fuera y listos para la acción.
el nuevo disco de la banda aún no ha salido y sus temas son prácticamente desconocidos para la mayoría, que aprovecha el tiempo para liberar, al menos una de sus manos, de la tarea de sostener la pinta.
Tras un par de temas de calentamiento, el primer directo a la mandíbula con
Sunset, al que sigue My happiness, comenzado con un "un, dos, tres, cuatro" en español. tras un repaso por su discografía, y otro espontáneo guiño a todos los Spaniards que estuviésemos allí (sin saber muy bien a cuento de qué, pero se agradece), Bernie Fanning prepara la despedida. dos nuevos temas, y el colofón con Black tears, que suena como un himno entre banderas con la Cruz del Sur, brazos en alto y abrazos de camaradería.

masimor@hotmail.com

1 comentario:

Bowie dijo...

me das una envidia macho...

abrazo