martes, 22 de septiembre de 2009

huesos de animales

si has leído alguna vez Watership Down, probablemente te hayan entrado ganas de convertirte en conejo. a mí me entraron, y desde entonces llevo una doble vida. allí, en el Este metropolitano, Dokland se erigió en solar para la imaginación, y patio de recreo para las criaturas sin carne ni hueso

más tarde, y como surgida de un sueño industrial, la cabra tomaba forma y se reproducía hasta colonizar lugares impensables del mundo y de la red.

la granja sigue expandiéndose. el río sigue llenándose de tesoros con cada marea, que son de nuevo barridos, o recogidos a tiempo, rescatados de entre huesos de animales

y los sueños, industriales, literarios o reciclados, sueños son