domingo, 30 de marzo de 2008

Brisbane


llegamos muy temprano por la mañana, en un tren llemo de commuters y estudiantes, y nos apeamos en Central Station. las calles del CBD -el centro financiero- son un tranquilo fluir de gente y tráfico, ágil pero sosegado, sin estridencias ni malos humos. la ciudad invita a unirse al baile y a disfrutar, y éso hacemos, tras un desayuno de negocios

Brisbane se despliega a lo largo de los requiebros del río Brisbane, abrazándose el uno al otro en un perfecto equilibrio. el río, ancho, limpio y navegable, está cosido por cinco puentes de los que destaca por su espectacularidad el Storey Bridge, inmensa estructura de hierro que forma uno de los más típicos paisajes de la ciudad

cruzamos el CBD, un poco siguiendo la orilla, un poco a pelo, hasta llegar a Valley, al norte, donde encontramos un poco más de ambiente y color: tiendas de música, pubs con sabor... y por fin, una barra abierta a la esquina posiblemente más concurrida e interesante de la ciudad. en ese mirador apagamos el tiempo y dejamos discurrir la cerveza, la gente, los coches, la imaginación... hasta que el hambre nos obliga a pergeñar un plan de ataque: volvemos al centro y compramos un picnic (+ropa, regalos, discos...), cogemos el ferry y nos vamos a la playa a comer. la playa es una piscina, a escasos metros del cauce del río, abierta al cielo, y a la que se ha añadido una arena finísima de playa, y que funciona como tal. en ella se puede nadar, contemplar el horizonte de rascacielos, las chicas en bikini, ser rescatado por un socorrista, espantar a las gaviotas... de todo menos hacer surf. un poco más atrás, los jardines y un paseo entre cafés y tiendas nos recuerda que allí se celebró la Exposición Universal de 1988. de camino a la estación descubrimos que estamos a la vuelta de la esquina de Vulture Street (la Calle del Buitre), que da título al álbum y la canción de Powderfinger, la banda de rock queenie más conocida.

Brisbane nos deja un sabor suave y mediterráneo, y de hecho recuerda mucho a Valencia en su espíritu trabajador y desenfadado, sus edificios altos y sus palmeras, su clima cálido y húmedo, su relación distante con el mar, su status de capital de la principal región turística del país -Surfers Paradise, Gold Coast, Miami, Palm Beach, Kirra, Tweed Heads-, su río como espina dorsal, y sus calles -con su Valley (Carme)- paseables y perfectas para hacer compras y dejarse llevar

masimor@hotmail.com

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