ayer hacía tanto calor... por la noche no tenía ganas de dormir. alguien más experimentó lo mismo, y por la mañana ahí estaba, atrapado por su propia aparatosidad, un mosquito del tamaño de un camello. shiiiiiiit! y ahí estaba el ronchón, también, colorado y en forma de joroba a la altura de donde mi espalda va perdiendo su noble nombre.
aquí los mosquitos son descomunales. parece ser que se fijan en los aviones, como hay tantos, y quieren ser como ellos: mi primo el de Zumosol -British Airways- en su caso.
yo creo que con el primer hostión ya había sido suficiente, quiero decir, no soy veterinario, pero estoy seguro de que ya no iba a picar a nadie más jamás. pero el ronchón me va a durar por lo menos tres o cuatro días... a hostión por día... creo que desperté a Rachel, que duerme debajo
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martes, 21 de junio de 2005
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