domingo, 27 de noviembre de 2011

eufemismos

el otro día escuchaba una grabación en la que unos españoles describían sus domingos ideales. sus babeantes fantasías, apenas inteligibles para los aprendices del idioma, consistían en levantarse a las mil, no hacer nada, tal vez leer algo, comer tardísimo después de tomar el vermú, y abundantes eufemismos sobre hedonismo sexual matinal y vespertino.

mi domingo, este domingo, dista mucho de ser ideal por diversas razones: en primer lugar eufemísticas, pero también debido a la ristra de malas noticias que han marcado la semana.

sin embargo, todas estas circunstancias han contribuido al diseño y ejecución de un plan dominical perfecto: he puesto a sonar los Conciertos de Brandenburgo de Bach mientras agarraba la novela que empecé anoche y que, de nuevo, me ha inspirado un delicioso sopor; al cabo de un armónico sueñecito un rugido de mis tripas me ha despertado, e inspirado el desayuno perfecto: torrijas con jamón, tomate y aguacate, mientras calentaba la cocina asando unos pimientos en el horno. he acercado la hamaca a la estufa y, mientras tecleo esto, me asalta la duda : ¿me preparo otro café o me vuelvo de un brinco a la cama?

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