jueves, 22 de noviembre de 2007

Black Rebel Motorcycle Club

grietas que son rajas -o viceversa;
goles al infinito que lo son en propia puerta;
rayos que son truenos y música que se torna chirrido en tu cabeza.
todas tus fuerzas te propulsan más y más hondo en el sofá,
y tus palabras simplemente te abandonan, lo cual es mejor a que te traicionen.

un fin de semana que amenaza con hacer poker con los anteriores,
pero que calienta motores (brm...brm...brm...) desde el jueves. como jugando a los paréntesis, BRMC abría el corchete del finde en la Roundhouse de Camden igual que cerraron el FiB en el Escenario Verde: a lo grande, rebelde, como un Randy Mamola haciendo de las suyas en la pista, cuando los que corrían y ganaban en 500cc eran sólo americanos y australianos y nos hacían flipar y soñar con conducir una moto como quien...

más vida social en un viernes de resaca que en las tres semanas anteriores. malabares con el tiempo y el espacio; las drogas y el rokanrol; la velocidad y el tocino, hasta la hora del Dragon; luchar y vencer, y encenderse el último con lo que le queda de lumbre al moribundo.. y para la resaca del sábado más frío y triste del mundo, decidirse por el primer pub de beneficencia de que hay noticia: el Robin Hood, en Brighton. tupirnos a pintas y hacer una buena labor social. el invento del siglo XXI. la ONCE, que tome nota.

de vuelta a Londres sin perder un minuto para el cierre del paréntesis: Arcade Fire en el Alexandra Palace. contra todos los elementos, unas cinco mil personas nos acercamos a Wood Green a empaparnos de música de sueño, rompe-moldes y sin fronteras en el cielo de Ally Pally: nueve fanáticos, exaltados del ritmo y del pulso cardíaco elevaron la temperatura planetaria hasta donde ningún otro canadiense se atrevería.

no recuerdo cuatro días seguidos tan intensos desde el Fib


masimor@hotmail.com

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