Brunei
por las pantallas y por megafonía anuncian que la introducción de substancias ilegales –drogas- en el país es severamente penalizada. el castigo es la muerte
sobrevivimos. en Brunei cambiamos de avión. tras un transfer de algo más de una hora en el que no salimos de la sala de espera, tras ser registrados y despojados de unos peligrosísimos acondicionadores al coco y almendra comprados en el duty free de Dubai. al menos en este aeropuerto funciona el wi-fi
la última parte del viaje hasta Brisbane la haremos en los asientos centrals del avión. pena que ya no podré tomar fotos ni mirar por la ventana
ya estamos en Australia, sobrevolando el espacio aéreo al norte de la isla. el avioncito de la pantalla se dirige claramente hacia nuestro destino. anochece. queda poco ya. son las 8:30 hora de Brisbane, y sabemos que La Meca está a 13.348 km
nos reparten un papelito con claras y rotundas medidas de cuarentena, en el que nos preguntan hasta la fecha en que se nos cayó el primer diente, mientras nos rocían con spray desinfectante. al parecer, venimos del Reino Unido. ya en tierra, àsamos por al menos tres controles de pasaporte, perros chungos y aduana, y miles de preguntas.
ya está. ahora sí. estoy en Australia, aeropuero de Brisbane
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