una de las cosas que más me intrigaba cuando me vine a vivir al Reino Unido era de dónde provenía una musiquita como de organillo, que recordaba a la canción de los Pitufos, y que se oía por todas partes y allá donde fueses. tardé varios meses en descubrirlo. se trataba de la furgoneta de los helados, ésas decoradas con el pato Donald o los enanitos, que se abren por los dos lados para despachar helados y chucherías a los críos, y de las cuales hay una en cada esquina o en cada parque, en verano. en invierno, hibernan.
esta tarde se estaba abriendo el cielo en canal y cayendo la de Dios es Cristo con granizo y vendaval y profuso aparato eléctrico, y lo único que se escuchaba aparte del estropicio era la grimosa cantinela de la furgoneta de los helados.
de coña, ¿no?
masimor@hotmail.com
martes, 25 de septiembre de 2007
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3 comentarios:
Claro. Eso es porque no jugaste al GTA 1 o, lo que es lo mismo, has tenido una infancia incompleta.
en ello estamos
a mi me parece casi patafísico
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