Si alguna vez me deseaste todo el dolor del mundo;
si alguna vez deseaste que mis huesos nunca hallaran descanso;
si alguna vez deseaste que mi alma vagase por desiertos sin sol, solo, desolado;
Si alguna vez deseaste que mi boca se llenase de insectos roedores,
que mi sonrisa se pudriese, que alimañas carniceras devorasen mis ojos;
que mi sexo caducase, se enmoheciese, se secase;
Si en alguna ocasión deseaste con todas tus fuerzas que mi vida se desangrase
y que nunca, nunca, nunca encontrase consuelo en unos brazos de mujer...
bien, aquí lo tienes. Feliz San Valentín.
manolai@gmail.com
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