Lo decía de broma, siempre lo decía todo de broma. A mí no me hacía ni puta gracia, pero él seguía, y seguía; yo creo que en el fondo se trataba de que me hiciese gracia a MI, ¡A MI! No paraba de hablar y me miraba directamente, con esa boca, esas gafas, ese...
(su puta madre se va a reir ahora)
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