Hay blogs que nos gustan y otros que no nos gustan; hay cosas que nos gustan de algunos y otras que no: templates, imágenes, contenido, volúmen de comments. Hay una idea vaga, implícita de lo que queremos y lo que no queremos que nuestro blog sea, e insinuaciones explícitas de lo que queremos que no sea.
Como el crío, que queríamos que fuese a la Universidad y estudiase Derecho o pa Ingeniero, y nos termina liado con los ordenadores y la Enformática, así algunos blogs nos salen b-link-ogs y no hay forma ya.
Otros que queríamos que se pareciesen a su papá resultan ser hijos-de-puta-bastardos y se parecen sólo a la madre que los parió, es decir, a esa "ex-" en torno a la cual gira todo el blog, y de lo que nos damos cuenta a partir del noveno mes.
Como esa chica que acabamos de conocer, que tiene tan buen template y buen comienzo, aderezada con tan buenos comments, pero que siempre cuenta lo mismo, porque es algo que ha leído en alguna parte y le pareció tan bonito...
Los hay capullos sin abrir y de los cuales nunca sabremos lo que hubiesen podido llegar a ser (y a veces casi mejor).
Y finalmente hay blogs Ronaldinho, que nacen sin querer y sobreviven casi de milagro en una favela del alma de su dueño, pero llegan a convertirse en grandes estrellas futblogisticas y en la bombilla de las buenas ideas de la cabecera de la cama.
manolai@gmail.com
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2 comentarios:
Siempre se pueden rectificar, no como los hijos.
más vale calidad que cantidad, que dijo Cleopatra (o su prima, no recuerdo bien) o, como le oí decir una vez a mi padre por teléfono, "Caga más un buey que cien golondrinos"
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