domingo, 26 de octubre de 2008

cambios


poca gracia me hace que los aparatos se cambien de hora sin pedir permiso. es decir, o todos o ninguno. ahora que me creía que me quedaba otra hora por delante, igual que la de esta mañana, vuelta y vuelta en la cama... debe de ser de lo poco bueno que tiene el invierno

como los días de solete, que se agradecen casi más que cuando vienen adocenados, en verano. aunque siempre hay quien se queja del tiempo todo el rato, da igual el que haga. a mí aún no me pasa. el día que empiece a quejarme del tiempo será el día en que, por otra parte, deje de acordarme de Londres

el cambio de hora significará que ya no me va a tocar ver amanecer de camino a Pedrajas. las prácticas, todo lo que aprendo, mi formación, mi futuro... lo mejor siguen siendo los amaneceres desde el Clío rojo 


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